"Fonografía de Zocalo"
Zocalo - Qué te aproveche (1971)
Zocalo
Con el ingreso de Pedro Peradoto en teclados, y de Rodolfo "Rolo" Rodríguez (batería) en lugar de Julio Yafigliola, los ex Santos (ex Industria Uruguaya, ex Sociedad Anónima) se reagrupan, vuelven a cambiar de nombre -pasando a llamarse Zócalo- y, después de tantos años, se convencen de que la presencia de un representante es esencial.
ÁNGEL ARMAGNO — Habíamos sido unos boludos. Yo me creía que era Paul McCartney y siempre esperábamos que vinieran a tocar el timbre para contratarnos, porque nos creíamos unos fenómenos. Qué estúpido! no? Bueno, es que no entendíamos nada de esas cosas. Con Zócalo intentamos cambiar eso.
ANTONIO PANTOLIOS — Yo te puedo asegurar que en nuestro grupo había arte al cien por ciento por parte de Polo y de Ángel. Que nadie confunda lo que hace Ángel en televisión con lo que es como músico cantando Beatles. Eso, sumado al esfuerzo sobrehumano que hacíamos los demás, pero un esfuerzo por vocación, de ensayar diez horas por día, de ir por la calle cantando los temas, bueno, todo eso hacía que fuera imposible que no sonáramos muy bien. Y yo nunca había entendido por qué, si sonábamos tan bien y cuando nos presentábamos en vivo matábamos, eso era como un fósforo que prendía y apagaba. Nunca había entendido por qué tantos grupos inferiores al nuestro tenían tantos bailes. Y me llamaba poderosamente la atención el caso de Miguel Livichich. Nosotros éramos mil veces mejores que todos los grupos que él había tenido. Pero él trabajaba el triple. Siempre lo admiré por eso. Claro, él tenía don de ventas, capacidad de negociación, sabía cómo hacerlo. Siempre me gustó su estampa, su fuerza y sus relaciones públicas. Yo fui uno de los promotores para que él se viniera con nosotros.
MIGUEL LIVICHICH — Me voy a trabajar con los de Zócalo. Yo iba a tocar tumbadoras y además ellos sabían que yo era muy buen comerciante y también precisaban eso: un buen productor dentro de la orquesta.
El grupo intenta la misma estrategia que Limonada había llevado a cabo un año antes: en el total anonimato graban un LP y preparan un importante plan de difusión.
MIGUEL LIVICHICH — Cuando fuimos a grabar el disco a Buenos Aires, nos recibieron como si hubiera llegado Paul Me Cartney. Resulta que yo llevaba una carta del Quique [Abal] que decía cosas espectaculares de mí. Fuimos a un lugar en Callao 11, que eran salas de ensayo para tocar frente al productor que nos habían puesto. Cuando arrancamos, el tipo casi se cae de la silla donde estaba sentado. El grupo sonaba impresionante. Y cantaban los cinco. Mira, te juro por mis hijos que cuando escuchamos el master del disco todo entero me dije: "Bueno, ahora sí, ahora sí se me dio, no más pasar hambre". Nunca había visto un afiatamiento tan impresionante con cinco voces que mataban. Además, habíamos eíegido todo tipo de temas. 'Si el sol parara la lluvia' por ejemplo, tenía que pegar en cualquier boliche..
Ante una nutrida concurrencia de críticos y buena parte de los personajes más conocidos del medio musical, Zócalo hace su debut presentando el LP en el Teatro del Centro el 22 de enero. Las críticas son unánimes: suenan mejor en vivo que en el disco.
MIGUEL LIVICHICH — Sale el disco editado y lo fuimos a escuchar. Terminamos llorando lo seis. Llorando los seis como niños, porque lo que se escuchaba era una reverenda cagada. No entiendo qué fue, si el corte del disco o qué.
ANTONIO PANTOLIOS — Terminamos de grabar en ION y uno de nosotros se quedó para terminar con la mezcla. Yo me quería traer una cinta, pero ¿para qué? Se quedó Ángel, hizo la mezcla con Píriz, quedó como los dioses, pero se volvió también sin una copia. Entonces ¿qué pasó? La mezcla era estéreo y el disco salió mono. Una reverenda cagada. Se escucha la segunda voz arriba de la primera, cualquier cosa. Nunca entendí por qué hicieron eso. Nos queríamos morir cuando escuchamos el disco. Nos queríamos morir. De Buenos Aires habíamos vuelto con una novia que, acá, nos dimos cuenta que era toda de silicona. Para mí fue difícil reponerme de eso. Aquellos querían volver a Argentina para trabajar allá, y yo decidí quedarme para estudiar.
Sin la presencia de Pantolios, eterno "mediador" de las peleas entre Ángel y Polo, este último abandona el grupo. La inclusión del tecladista Eduardo Lanza y la nueva denominación de Corpus, hacen que lo que queda de los legendarios Santos se transforme en uno de los conjuntos "comerciales" de más renombre de la"porteñada"del 72. Pero a pesar de su hit 'Mama-Papa', uno de los grandes éxitos de las ensaladas de Voltops, Corpus no sobrevive.
EDUARDO LANZA — Con Corpus llegábamos a tocaren un remise y todas las chiquilínas gritando como si fuéramos Los Beatles. Cuando nos íbamos, igual. Trabajábamos para Voltops. Todo genial. Pero no veíamos un mango. Llegó un momento en que teníamos hambre. Realmente era así. Y cuando el hambre no dio para más, Ángel Armagno logró encontrar al representante y casi lo mata. El tipo terminó pagándonos algo, y esa noche fue una gloria de milanesas a caballo con papas fritas [risas]. Ya no bancamos más eso, y empiezo a buscar la forma de volver. Entonces logro conectar una actuación en Montevideo en Canal 4 a cambio de los pasajes. Los pasajes eran ida y vuelta. Pero a nosotros sólo nos interesaba la ida, la ida a Montevideo. La vuelta a Buenos Aires no la usamos jamás [risas].
En la otra página: Zócalo grabando en ION, en vivo y en pose.
Arriba: *
Zócalo en la escalera (Bajando: Ángel Armagno, Rodolfo Rodríguez, Miguel Livichich,Antonio Pantolios, Raúl "Polo" Bidart y Pedro Peradotto). (comienzos de 1972).
En la contracarátula del LP aparecen agradecimientos a un tal"Mamut".La identidad de este secreto personaje dio lugar a muchas especulaciones.Se trataba simplemente de Miguel Livichich.
Ya en Montevideo,Eduardo Lanza se junta con Antonio Pantolios, Leo y Julio Seoane (ex Sexteto Electrónico Moderno)para formar el grupo Tequila, que se transforma en uno de los principales animadores de las fiestas de la colectividad judía.
(extraído de las Cuevas al Solís)